Eres vago, perezoso y procrastinador ¡PERO NO ES TU CULPA!

La procrastinación es el echo de dejar para después cosas que necesariamente sabes que tienes que realizar, y esto se puede extender hasta el infinito, por lo que puedes llegar a posponer alguna tarea para el resto de tu vida. Ahora bien, este echo no es necesariamente tu culpa aunque es verdad que ponerle remedio es algo beneficioso para tu yo del futuro. El motivo por el que procrastinamos se debe a dos grandes motivos:

El primer motivo se trata de que la procrastinación nos produce una sensación de alivio en el corto plazo ya que evitamos realizar una tarea estresante o que no nos gusta realizar para darnos el beneficio de hacer algo que si queremos hacer, por lo que estamos optando por la satisfacción y la recompensa a corto plazo. Pero si, no es tu culpa que seas así, todos somos así, lo llevamos en nuestro ADN. La sociedad ha avanzado mucho más rápido que nuestra información genética por lo que nos tenemos que enfrentar a problemas que nuestro propio cuerpo nos impone como es este caso. En la antigüedad, el ser humano no tenia la capacidad de plantear cosas al largo plazo ya que estábamos demasiado ocupados en alimentarnos y protegernos de los animales que nos acechaban por lo que adquirimos esa información genética que se encarga de fijarse en el presente y no preocuparse por el futuro. Este es uno de los hechos fundamentales de la procrastinación, pero como ves no es tu culpa, somos genéticamente así.

El segundo motivo se debe a que según algunos psicólogos como por ejemplo Tim Pychyl (Profesor de psicología de la universidad Carletton en Ottawa, Canadá) «La procrastinación es un problema de gestión de emociones no de tiempo» Esto se explica así: La pereza y las pocas ganas de hacer algo se puede deber también a que no sabemos gestionar el estrés ni las críticas ya que cuando hacemos algo esto puede ser objetivo de opinión y por tanto si no nos vemos capaces a realizar algo en el que sepamos que va a estar bien y aceptado por los demás, no merece la pena hacerlo ya que nos podemos exponer a que alguien diga que lo que has hecho no sirve. Esta bien, a todos nos pasa con ciertos aspectos de la vida pero no puedes dejar que tu vida la lleven otros, tu yo del futuro depende de ti no de lo que digan los demás. Además este echo se apoya a su vez con el anterior ya que por lo tanto con más razón tenderemos a hacer las cosas las cuales sepamos que si o si nos dan una recompensa y por lo tanto esto se vuelve una espiral en la que acaba afectando nuestra salud mental ya que al fin y al cabo el beneficio de procrastinar es a corto plazo pero nosotros en el fondo sabemos que no estamos actuando bien para nosotros en el largo plazo, creando estados de ansiedad crónica, depresión, estrés o falta de autoestima.

¿Cómo podemos dejar de perder el tiempo y tener comportamientos procrastinadores?

Ahora que sabemos que en el fondo no es realmente nuestra culpa, si es necesario saber que no es el camino que debemos llevar ya que como he dicho antes no traerá nada bueno para tu yo del futuro.

La forma real de contrarrestar lo que dicen nuestras células, es el raciocinio, gracias a esto podemos llegar a convencernos a través de procesos mentales cual es el motivo por el que no debemos procrastinar ni hacer el vago, y si encontramos un motivo lo suficientemente grande, podremos dejar de lado la procrastinación aunque en el fondo de nosotros sigamos teniendo esa sensación de querer hacer lo que nos plazca. No existe ningún truco mágico ni nada por el estilo, solo estás tu frente a la pereza, cara a cara y debes explicarle los motivos por los que hacer la tarea y por qué resultará beneficioso para ti el día de mañana.

Existen muchos ejemplos: Si tengo un examen, debo razonar el porque tengo que estudiar, que en este caso puede ser para sacarte un título y así poder trabajar en el trabajo de tus sueños y de esta forma llegar a comprar una casa maravillosa y formar una familia estupenda y feliz. Estos son motivos lo suficientemente grandes por los cuales mi raciocinio vence a la pereza y me pongo manos a la obra. Cada uno tendrá sus motivos pero están ahí y los tienes que encontrar. De esta forma te levantarás todos los días y podrás dejar de lado esa sensación que hace que estés ahí tumbado sin hacer nada. Eso sí, tampoco hay que obsesionarse, hay que dejar descansos y hay que también dejar que ese lado perezoso tenga su espacio en tu vida, también es necesario. El problema se produce cuando la pereza te domina y tiene las riendas de tu vida. «La felicidad no es una cuestión de intensidad constante, sino de equilibrio, orden, ritmo y armonía» Thomas Merton.

¿Por qué debes dejar de procrastinar?

Dentro de todo lo que hemos hablado, son obvios los motivos por los cuales debes de dejar de procrastinar. Los principales motivos, estan relacionados con cuestiones psicológicas ya que procrastinar cuando sabemos que deberíamos estar realizando una actividad de responsabilidad puede provocar malestar con uno mismo, eso si, las personas harán todo lo posible de forma inconsciente para justificar el motivo de su procrastinación y dejar de sentirse mal.

Procrastinar solo tiene un destino y es el fracaso, independientemente del aspecto del que lo quieras ver, tanto economico, como social, personal… etc. Todas las conductas que te lleven a evitar hacer lo que deberias estar haciendo te tendrías que alejar de ellas. Nunca sabemos si por no haber hecho algo en el pasado puede repercutir en escenarios futuros los cuales puedas vivir.

Es verdad, que el desencadenante de los sentimientos por procrastinar son muy subjetivos ya que todas las personas no tenemos las mismas obligaciones ni motivaciones. Pero independientemente de las causas del sentimiento de malestar que provoca el procrastinar, el sentimiento es generico para todas las personas. Todos tenemos metas y conductas que eviten conseguirlas nos harán sentir mal.

Por último cabe a destacar que hay que diferenciar como hemos hablado antes de la diferencia entre procrastinar y el descanso. Procrastinar es un descanso con una conotación negativa ya que deberiamos estar haciendo algo lo cual estamos dejando pasar. Sin embargo descansar debe considerarse una vez que hayas hecho las actividades que debas hacer. Por lo tanto procrastinar puede considerarse como una evitación de realizar una actividad que sabemos que debemos hacer, sin embargo, el descanso funciona como una recompensa despues de trabajar.

Procrastinar y las emociones

Muchas psicólogos consideran que la procrastinación es un efecto determinado por los estados de ánimo de una persona en un momento concreto. En primer lugar hay que decir que a diferencia de los sentimientos, los estados de ánimo son menos intensos pero que se extienden durante un tiempo mas prolongado, por lo tanto una persona no sabe a ciencia cierta cuando se ha iniciado un estado de ánimo en él. En concreto existen tres condiciones que se piensa de forma coloquial que son lo mismo sin embargo no lo son, estamos hablando del afecto, los sentimientos y los estados de ánimo.

Volviendo a la relación que existe entre la procrastinación y los estados de ánimo, se piensa que la procrastinación se trata de una forma de afrontamiento ante emociones desafiantes y hacia estados emocionales negativos que se generan en la persona. Por lo tanto se considera que procrastinar es un problema en torno a la gestion de las emociones más que un factor relacionado con las productividad y la gestión del tiempo, como he comentado anteriormente en este mismo artículo. Pero vamos a ver este punto de vista de una forma más detenida.

Para explicar esta relación de forma más concreta, algunos investigadores interpretan que procrastinar esta relacionado con una reducción de los estados negativos que se generan por el afrontamiento de una tarea, pueden entrar factores como el miedo a no poder realizar la tarea, a fracasar durante la ejecución de la tarea… etc, Pero de forma generica se piensa que procrastinar es un recurso de las personas para evitar estados emocionales negativos que se pueden generar por intentar llevar a cabo alguna actividad.

Otro de los factores relacionados con las emociones y procrastinar es lo que se denomina como cogniciones procrastinatorias, las cuales se tratan de estados cognitivos como puede ser la rumiación que se relacionan con aquellas sensaciones de ansiedad, estrés, culpa… etc. que estan envueltas con las senaciones del individuo en saber que no esta haciendo lo que tendría que estar haciendo, es decir, con la conducta procrastinadora. Por lo tanto se puede entender que procrastinar puede proteger al individuo de enfrentarse a emociones negativas provocadas por el afrontamiento a una actividad, lo que provocará alivio a corto plazo, sin embargo, con el paso del tiempo se iran generando esas cogniciones procrastinadoras las cuales son propias de cuando una persona se siente mal al procrastinar. Por ello, volvemos a ver la idea de la relación que existe entre la procrastinación y la gestión de las emociones y estados de ánimo.

Como conclusión general y desarrollando la segunda caractrísitca por la que se producen las conductas procrastinadoras de la que hemos hablando en el primer punto de este artículo, se puede determinar que las emociones en todo aquello que tenga que ver con el inicio de una conducta, lo que se denomina motivación en términos psicológicos, tiene una estrecha relación con las conductas procrastinadoras ya que se relaciona directamente con la motivación para enfrentarse a una actividad. Por este motivo, es cierto que saber gestionar aquellas situaciones de estrés y de ansiedad que todas las personas desarrollan al enfrentarse a una conducta sobretodo cuando son nuevas, es sumamente importante para tener una mejor gestión y control sobre la pereza y procrastinación.

Consejos para evitar la pereza

Podemos decir que todo en esta vida tiene solución excepto la muerte, por lo tanto se puede dejar de ser perezoso o procrastinar si realmente queremos cambiarlo. Por este motivo existen diversos consejos básicos para poder mejorar nuestro rendimiento evitando la pereza.

  1. Ser consciente de nuestro problema: Parece algo obvio, sin embargo, es el inicio para evitar cualquier aspecto que queramos solucionar. Además, ser consciente de nuestro problema puede llegar a ser el paso más dificil para dar el cambio y es por ello que las personas tardan tanto en empezar a buscar un cambio en sus vidas.
  2. Tener una planificación de las tareas: Proponerse un horario y planificar nuestras tareas del día a día, es un gran consejo que puede ayudarnos a evitar la pereza. Normlamente si no tenemos algunas horas establecidas para hacer determinadas cosas que tengamos que hacer, serán opacadas por otras actividades las cuales nos lleven a un placer a corto plazo como es normal en todos los seres humanos, sin embargo, aquellas personas que planifican sus tareas en el día a día serán más conscientes de que se pueden llevar acabo tanto las actividades, tanto las menos apetecibles pero que tenemos que hacer por obligación como aquellas actividades placenteras, encontrando de esta manera un equilibrio sano.
  3. Plantear objetivos dentro de una tarea: Otro de los consejos los cuales pueden resultar sumamente útil, es el de dividir una tarea la cual nos da pereza en tareas más pequeñas, de esta forma, cuando vayamos completando esas tareas más simples, nos motivará para seguir avanzando en ellas y por lo tanto llegar a terminarlas en su totalidad. Al igual que con las actividades, cuando se plantean objetivos, se recomienda subdividirlo en metas más pequeñas para que exista una mayor probabilidad de que se mantenga en el tiempo y por lo tanto se llegue a cumplir.
  4. Reglas básicas de prioridad: Por último, podemos decir que otro de los consejos para poder evitar procrastinar y la pereza, se relaciona con la prioridad y la dificultad de las actividades, con esto queremos decri que aquellas actividades las cuales tengan una alta prioridad en ti y que además sean fáciles de hacer, las debes realizar de forma instantanea, es decir, sin ni siquiera plantearse el hacerlo o no ya que no requiere de un alto esfuerzo. Y por último, siguiendo la misma dinámica, aquellas actividades las cuales no sean prioritarias y sean dificiles de hacer o requieran un alto esfuerzo, postergalas hasta haber realizado las prioritarias y fáciles. De esta forma poco a poco nos iremos acostumbrando a realizar tareas las cuales tienen una alta prioridad con el objetivo que con el tiempo la escala de esfuerzo en torno a la actividad vaya aumentando pero siempre de una forma progresiva.

Todos estos consejos generales siempre deben ajustarse a la situación y características de la persona, sin embargo, son realmente útiles para todas las personas aunque puedan existir ajustes dentro de ellas. Como conclusión podemos decir que todos los consejos parten del primero, es decir, de que uno seamos conscientes de que debemos cambiar y dejar de ser perezosos y procrastinar.

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